Fideuá mixta: receta tradicional mediterránea

Elaboración

• Preparar los ingredientes para un resultado equilibrado

  Antes de ponernos con la cocción, vamos a dejarlo todo listo. Si algo he aprendido preparando fideuás es que el orden y los buenos ingredientes marcan la diferencia. Así que vamos a hacerlo bien.

  Lo primero es limpiar las lulas (calamares pequeños). Si alguna vez lo has hecho, sabes que no es el paso más bonito, pero es clave para que no nos llevemos sorpresas en el plato. Retira la piel, la pluma interna y límpialas bien. Si no tienes claro cómo hacerlo, aquí te dejo esta guía para limpiar calamares que te va a venir de perlas. Puedes dejarlas enteras o cortarlas en anillas.

  Seguimos con los gambones. Pélalos, retirando la cabeza y la cáscara, pero ojo, no las tires, ¡Aquí no se desperdicia nada! Si quieres un extra de sabor en el caldo, reserva esas cabezas para sacarles todo el jugo más adelante.

  Ahora toca la base del sofrito, que va a hacer que tu fideuá huela y sepa como un plato de abuela. Corta la cebolla y el pimiento rojo en brunoise para que se integren bien con el resto de ingredientes. Pica finamente los dientes de ajo, que van a darle ese toque inconfundible al sofrito.

  Ya tenemos lista la parte de las verduras, así que seguimos con el resto de ingredientes. Corta el pollo en trozos pequeños para que se dore bien y quede jugoso. Mide 300 g de SOS Especial Fideuá nº3 y prepárate para el tostado, que es uno de los secretos mejor guardados para que la fideuá salga perfecta.

  Por último, asegúrate de tener a mano 700 ml de caldo de pescado, 150 ml de tomate casero frito y aceite de oliva virgen extra. Y para el toque final en la presentación, ten listo el alioli, unas hojas de cilantro fresco y huevas de salmón. ¡Ya verás qué explosión de sabores!

  

• Tostar los fideos para potenciar la textura

  Atentos, porque aquí viene un truco que cambia por completo la fideuá: Si quieres que la textura sea de 10, el tostado de los fideos es imprescindible. No solo les da un toque crujiente, sino que mejora su absorción de los sabores sin que se deshagan.

  Tienes dos maneras de hacerlo:

  • En el horno: Si tienes tiempo, este método te da un dorado perfecto. Precalienta el horno a 180°C, coloca los fideos en una bandeja, mézclalos con un chorrito de aceite de oliva virgen extra y remueve bien. Hornéalos durante 10 minutos, moviéndolos de vez en cuando.
  • En la olla: Más rápido y práctico si no quieres encender el horno. Añade un poco de aceite en la olla donde vas a cocinar la fideuá, incorpora los fideos y remueve constantemente para evitar que se quemen. En cuanto tengan ese color dorado intenso, retíralos y resérvalos.

  Este simple paso marca la diferencia. Créeme.

  

• Preparar el sofrito para potenciar el sabor

  Si hay algo que nunca puede faltar en una buena fideuá es un sofrito bien hecho. Y esto se hace despacito y con buena letra. Calienta un buen chorro de aceite de oliva virgen extra en una sartén o paellera y añade la cebolla, el pimiento rojo y los ajos. Déjalos cocinar a fuego medio unos 5 minutos, removiendo de vez en cuando. El truco aquí es la paciencia, hay que dejarlos pochar bien para que suelten todo su aroma.

  Cuando estén listos, incorpora el tomate casero frito y mézclalo bien con las verduras. Deja que se cocine a fuego medio-bajo durante 3-4 minutos más, removiendo de vez en cuando. Vas a notar cómo el sofrito se vuelve más espeso y los aromas se intensifican. Es el momento de disfrutar de esos olores de cocina casera.

  

• Integrar los ingredientes y cocinar los fideos en el caldo para un sabor perfecto

  Aquí es donde la magia empieza a pasar. Añade las lulas, las gambas y el pollo troceado al sofrito y cocínalos a fuego medio-alto durante 4-5 minutos, removiendo de vez en cuando para que se doren ligeramente y suelten su jugo.

  Ahora sí, añade los fideos tostados y mézclalos bien con todo el sofrito. Déjalos rehogar durante 1-2 minutos, removiendo para que se impregnen de todos los sabores.

  Llega el momento clave: incorpora el caldo de pescado caliente. Es importante que el caldo esté bien caliente para que los fideos no pierdan temperatura y se cocinen de manera uniforme. Salpimenta al gusto y deja que se cocine todo a fuego medio durante 10-12 minutos hasta que los fideos absorban el caldo y queden en su punto.

  

• Reposar, emplatar y presentar la fideuá de manera atractiva

  Lo más difícil ya está hecho, sí. ¡Pero no te lances a servir inmediatamente! Apaga el fuego y deja reposar la fideuá durante 3-4 minutos. Este paso es clave para que los sabores se integren bien y la textura de los fideos sea digna del mejor restaurante.

  Ahora viene la parte más vistosa. Coloca los gambones sobre la fideuá, que luzcan bien. Añade huevas de salmón para un extra de sabor y textura, y termina con unas hojas de cilantro fresco y puntos de alioli. No es solo cuestión de estética, sino que cada elemento aporta su toque final a la fideuá.

  ¡Ahora sí! Sirve de inmediato y prepárate para disfrutar de una fideuá que lo tiene todo: sabor, textura y el toque de mar y montaña que la hace única. ¡Ya verás como dejas a todos con la boca abierta!

  

Un final perfecto para una fideuá inigualable

La fideuá mixta es una de esas recetas que combinan tradición y creatividad en la cocina. Gracias a la combinación de mariscos y pollo, este plato logra un equilibrio de sabores que conquista a todos los paladares. La clave está en la selección del SOS Especial Fideuá nº3, que garantiza una textura perfecta y absorbe todos los aromas del caldo.

Si te ha gustado esta receta y quieres seguir explorando platos mediterráneos, te recomendamos probar nuestra fideuá de pescado o una versión más original como la fideuá de setas. Ambas opciones te permitirán disfrutar de nuevas texturas y matices en la cocina.

Atrévete a preparar esta fideuá mixta y sorprende a tus comensales con un plato lleno de sabor y tradición. ¡Disfruta cada bocado!