Arros brut mallorquín: La receta tradicional más sabrosa y fácil de preparar

tiempo de preparacion 20-40 min
numero de comensales Fácil
numero de comensales 4 personas
numero de comensales 60 min
numero de comensales Mallorquina
coste estimado 10 €
Calorías por ración: 540 kcal

Te digo la verdad: a este arros brut no le tenía mucha fe. Pero lo probé, lo adapté a mi estilo y… madre mía. Qué pasada. Un arroz caldoso, potente, con fondo y con historia. De esos que huelen a cocina lenta, a mesa llena y a cucharadas que no se olvidan. Lleva pollo, panceta, hígados, sobrasada, setas… Vamos, que no le falta cariño por ningún lado.

El truco está en respetar los tiempos y dejar que el sabor haga su trabajo. No hay misterio. Solo ingredientes de los buenos, bien tratados y ese punto final con “pulguismo” que hace que nadie se quiera levantar de la mesa. Y si te dan cosa los hígados, palabra de Pulga: ni los vas a notar, pero sí los vas a disfrutar.

Y si te gustan este tipo de platos contundentes con mucho sabor, no te pierdas el arroz con presa y setas o el arroz con setas y verduras, dos recetas con personalidad y chup-chup del bueno.

¿Listo para hacerlo en casa? Pues ponte el delantal, que lo que viene ahora es oro.

Ingredientes

Elaboración

  • Preparación previa de los ingredientes: dejarlo todo listo antes de empezar con el chup-chup

    Antes de empezar con fuego y cazuela, hay que dejarlo todo a punto. Porque cuando arrancas con un arros brut, no hay vuelta atrás. Esto va de capas de sabor, y cada paso cuenta.

    Empezamos cortando el pollo en trozos pequeños, que luego se van a dorar y van a soltar lo mejor de sí. Lo mismo con la panceta, que hemos elegido en lugar de costilla para que luego no haya que estar peleando con el hueso. Los hígados de pollo, si te animas, también troceados. Te prometo que dan un fondo brutal.

    Picamos la cebolla bien finita, el tomate lo rallamos y limpiamos las judías verdes. Los guisantes los reservamos para más adelante. Y por si te interesa conocer más sobre ellos, te dejo este artículo con los beneficios de los guisantes que te va a sorprender.

    Y muy importante: el caldo tiene que estar ya caliente. Nada de añadirlo frío, que eso corta la cocción. Y la sobrasada, déjala a temperatura ambiente para que luego sea más fácil integrarla cuando hagamos el “paté” con los hígados. Eso sí que es magia.

    Y por supuesto, el arroz. Aquí vamos con Arroz SOS Redondo, el que mejor se adapta a este tipo de guisos caldosos sin pasarse ni quedarse corto. Pesa bien los 300 g y tenlo reservado, porque cuando toque echarlo, el fuego ya no perdona.

    Ingrediente de arros brut

    Sellar las carnes: que la base sepa a gloria

    Aquí empieza el sabor. En una sartén bien caliente con un chorro de aceite de oliva virgen extra, doramos primero el pollo. Que coja color, que selle bien y empiece a dejar su esencia en el fondo.

    Luego, la panceta, que suelte su grasa y empiece a crujir por los bordes. Y por último, los hígados, que se doren pero sin pasarse, porque van a ir a un sitio especial más adelante.

    Cuando termines, reserva todas las carnes y, muy importante, no limpies la sartén. Ese aceite con restos es puro oro: ahí vamos a cocinar el sofrito.

    Sellar carnes para arros brut

  • El sofrito: cebolla, setas y fuego lento

    En esa misma sartén donde se ha cocinado la gloria, añade la cebolla picada y deja que se cocine a fuego lento. Dale unos 20-25 minutos, hasta que esté bien pochada. Aquí no hay prisa, porque una cebolla bien cocinada es media receta.

    Cuando esté lista, añade las setas (yo usé shiitake, pero puedes poner las que tengas a mano) y sube un poco el fuego. Que se doren y se mezclen con todo lo que había en la sartén. Te va a oler la cocina a domingo.

    Sofrito de arros brut

  • “Paté” de hígado y sobrasada: el alma del plato

    Esto es sencillo pero definitivo. Coge los hígados que sellaste y mezcla con la sobrasada a temperatura ambiente. Puedes usar un mortero, un robot o lo que tengas.

    El objetivo es obtener una pasta densa, sabrosa y untable. Esta bomba de sabor la usaremos cuando el arroz esté cocinándose, y créeme que lo eleva todo.

    Mezcla de sobrasada para arros brut

  • El arroz entra en acción: sofrito, caldo y chup-chup

    Volvemos a la cazuela principal. Añade el arroz y sofríelo un par de minutos, que se impregne del fondo y empiece a brillar. Luego añade el caldo hirviendo, sin miedo, que cubra bien pero sin pasarse (esto no es sopa).

    Arroz y caldo para arros brut

    Incorpora el paté de hígado y sobrasada y remueve para que se disuelva bien. Aquí ya empieza el show. Los guisantes y judías verdes, para el final: incorpóralos cuando queden 5-7 minutos para acabar la cocción, así quedan al dente y con color.

    Remueve de vez en cuando, pero sin agobios. Déjalo que se cocine tranquilo, controlando que no se quede sin caldo, pero sin marearlo.

    Cocinar arros brut

    Toque final al estilo Pulga

    Aquí es donde viene la guinda. Fríe unos trocitos de panceta hasta que estén bien crujientes, casi como virutas. Resérvalos para decorar. Y también, unos puntos de sobrasada extra, que al contacto con el arroz caliente se van a derretir como si fueran mantequilla. Brutal.

    Sirve el arroz bien caliente, reparte el crujiente de panceta por encima y añade esos puntos de sobrasada para que cada comensal lo mezcle a su gusto. Corrige de sal al final, porque con todos los ingredientes potentes es mejor hacerlo al cierre.

    Y listo. Si te animas, prepáralo como en la receta y luego le das tu toque. Que esto, como siempre, va de disfrutar comiendo.

    Presentación de arros brut

Un arroz con alma que merece repetir

El arros brut no es solo un plato típico mallorquín, es una receta con carácter, historia y mucho sabor. Un arroz que se cocina sin prisas, con ingredientes humildes que se transforman en oro puro en la cazuela. Y si hay un ingrediente que sostiene todo este guiso es el arroz. Por eso, en casa confiamos en Arroz SOS Redondo, que aguanta la cocción como un campeón y recoge todos esos sabores intensos sin perder su textura.

¿La clave? Un buen sofrito, un caldo potente y ese punto justo de cocción. Y si encima lo acompañas con una cucharada de “paté” de sobrasada y unos chicharrones crujientes por encima… apaga y vámonos.

Si este plato te ha conquistado, te animo a probar también el arroz meloso con setas o el arroz con butifarra negra y setas. Dos opciones igual de sabrosas, que también tienen el sello de cocina con alma.