Este verano seguro que ya has organizado más de una comida en casa o estás planeando practicar el noble arte del terraceo invitando a unos amigos. Pero siempre surge el mismo dilema, ¿cómo organizar el menú? No es nada fácil acertar siendo original. Te proponemos una solución con la que sorprenderás a todos los invitados: una cata de arroces con la que te convertirás en el mejor anfitrión.
Ya sabes que no todos los arroces son iguales y que cada uno requiere unas técnicas distintas para su cocción. Con los distintos tipos de arroz podemos preparar platos muy variados al gusto de cada uno, y es que todos tenemos nuestro arroz preferido. Para los indecisos o los que se empeñan en comer siempre lo mismo, una cata de arroces puede abrir todo un mundo de sensaciones nuevas. Demuestra a tus invitados que dominas como nadie el arte del arroz y sorpréndeles con sabores diferentes.
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La selección de arroces y recetas
Lo más divertido de una cata es probar cosas diferentes para poder comparar en el momento cada sabor, así que lo ideal es preparar degustaciones de distintas variedades de arroz. El tamaño de las raciones es importante, deberán ser pequeñas para que haya hueco para todos los platos. La idea es que la cata se transforme en una especie de picoteo a base de arroces diferentes. Este es un ejemplo de cómo podría ser el menú:
- Arroz clásico. Elige dos de los platos tradicionales que más te gusten, esos que te cocinaba tu madre o tu abuela, como un arroz con bacalao o una paella de marisco.
- Arroz bomba. Una arroz marinero como la paella de rape y verduras y otra más de monte, como el arroz con presa ibérica y alcachofas, son elecciones perfectas.
- Arroz integral. Sorprende con un plato saludable pero muy sabroso y original como los buñuelos de arroz integral y calabacín.
- Arroz meloso y caldoso. Apuesta por el marisco con un plato como el arroz caldoso con calamares, vieiras y gambas y ofrece una alternativa vegetariana como el meloso de berenjena, calabaza y calabacín.
- Ensalada de arroz. Aprovecha para platos más ligeros pero con sabores originales, como la ensalada campera con arroz o la ensalada con remolacha y pavo.
- Postres con arroz. No puede faltar el arroz con leche, pero además de la versión más clásica prepara también, por ejemplo, unos pastelitos de arroz individuales.
Consejos para organizar una cata de arroces
- Organiza los arroces desde los sabores más suaves a los más intensos, dejando los dulces para el final.
- Una buena idea es acompañar cada plato de su arroz cocido sin más para apreciar primero todas las características de cada variedad en su pureza.
- Puedes ser todo lo creativo que quieras con la vajilla, aunque las cucharas de degustación desechables son la mejor opción para quedar como un profesional y no tener que limpiar después.
- No te agobies con los preparativos. Las ensaladas y postres puedes prepararlos el día antes y empezar con antelación esa mañana la base de las demás recetas. Aprovecha ingredientes comunes para ahorrar pasos, por ejemplo con los caldos, y deja todo medio listo para terminar las cocciones cuando lleguen los invitados. Puedes tener el horno encendido para conservar calientes las porciones de degustación a medida que vas terminando cada receta.
- Pon pequeños cartelitos escritos a mano delante de cada plato con notas sobre los tipos de arroz, y decora llenando pequeños botes con los arroces en crudo para dar un ambiente rústico-chic.
- No te olvides de añadir una buena selección de panes gourmet en formato pequeño, picos de pan o tostas crujientes y un poco de frutas y verduras frescas para limpiar el paladar entre arroz y arroz.
Una cata de arroces sibarita
Toda buena cata debe experimentarse a través de los cinco sentidos, y el arroz no iba a ser menos que el vino o el queso. Prepara unas hojas de cata con fichas del análisis sensorial para que cada uno pueda ir anotando sus impresiones, como si de vino se tratara.
1. Vista. Una imagen vale más que mil palabras y la comida entra primero por los ojos. Cada plato debe apreciarse primero a cierta distancia, contemplando los colores, formas y texturas.
2. Olfato. Es el momento de acercarse al plato y dejar que lleguen los aromas a la nariz poco a poco, para ir captando todos los olores que desprende cada ingrediente por separado y la armonía de su conjunto.
3. Oído. Cada receta de arroz emite sus propios sonidos, no solo en la cocción. ¿Cómo suena el plato al sumergir el tenedor? Puede haber un leve borboteo, un chasquido al penetrar la superficie un arroz cremoso, el crujido de la costra al romperse…
4. Tacto. Un arroz seco no produce las mismas sensaciones en boca que uno cremoso o caldoso, y no es lo mismo la textura del integral que el del arroz bomba. ¿Qué te sugiere al paladar? ¿Qué sensaciones da al masticarlo?
5. Gusto. Finalmente hay que apreciar el arroz en todo su esplendor a través del gusto, y después de haber valorado los demás sentidos podrás apreciar mucho mejor su sabor, sea salado o dulce.
Anímate a montar tu propia cata de arroces en casa si quieres ofrecer una experiencia gastronómica distinta y original, que seguro que ninguno de tus invitados se espera. Se trata de pasar un rato divertido en buena compañía, redescubriendo todo el potencial del arroz en la mesa a través de sabores diferentes.