Clara Grima es doctora en Matemáticas y catedrática en la Universidad de Sevilla, donde trabaja como profesora. Además, Clara también es Mati, y en su blog Mati y sus mateaventuras, explica matemáticas a los niños desde la alfombra de su salón. Le apasiona la divulgación, colabora con diferentes medios y ha publicado un libro “Hasta el infinito y más allá”, sobre matemáticas para los más pequeños.

Clara es de ojímetro, tiene recetas que equivalen a las tablas de multiplicar y está convencida de que la cocina es como las matemáticas: fácil y divertida. Se trata de un juego con unas reglas lógicas al que sólo tienes que jugar. Y con esta entrevista vamos a conocerla un poco mejor:

1. Inviertes gran parte de tu tiempo en algo que hace quince años no existía como «trabajo». ¿Qué opinan tus padres en relación con Internet?

Básicamente, a mis padres les gusta todo lo que hago, es el amor paternal. En cualquier caso, están contentos puesto que gracias a internet y las redes sociales he podido quitarme una espinita que tenía clavada, la de escribir y que me leyeran, claro. Están orgullosos de que su niña por empezar a escribir un blog de matemáticas ahora salga en la tele pero ya lo estaban también antes de esto 🙂

2. Y hablando de abismos generacionales: ¿qué es lo que más te choca a ti de los jovenzuelos de hoy en día?

Tengo que reconocer que yo admiro a la juventud, la amo. Las personas que me ponen enfermas tienen, casi todas, más de 40 años. Son los políticos, banqueros y estafadores de la salud que se aprovechan de los ciudadanos. Lo que me podría chocar de la juventud de hoy en día sería lo mismo que le chocaría a los adultos cuando yo era joven que es lo mismo que les chocaba a los adultos de los jóvenes en la época del imperio romano. Siempre son las mismas quejas: no tienen interés por lo que yo creo que deben tener interés, son menos trabajadores de lo que éramos nosotros, respetan menos a sus mayores, etc.

3. ¿Hasta qué punto te identificas con el «personaje» que encarnas en Internet?

¿Te refieres a Mati, la protagonista de mi blog? Bueno, ambas somos matemáticas, llevamos el pelo rojo y gafas. Ambas amamos las matemáticas y disfrutamos compartiéndolas. Pero ella es mejor persona 😉 Nunca opina políticamente, por ejemplo, quiere llegar a todos los niños y profesores y no pretende espantar a ninguno por ningún comentario sobre política, religión o cualquier otro tema que no sean estrictamente las matemáticas. Yo, en cambio, soy muy visceral y me alegro más que nadie por cualquier cosa pero también me enfado más que nadie con lo que sea. Y no me corto un pelo en ninguno de los dos casos. Como dice mi cuñado, tengo menos frenos que un melón rodando cuesta abajo 🙂

4. ¿Te ha dado el mundo internet alguna colleja inesperada?

Claro, como a todos los que nos atrevemos a dejar nuestra opinión en él. Aparte de mis blogs de matemáticas alguna vez escribo opinión y me caen las collejas pero, sinceramente, me importan poco. El mundo real me llena bastante y me ocupa demasiado tiempo como para que me preocupe lo que pueda pensar de mí alguien que no se ha tomado un café conmigo.

5. Tienes una profesión de esas en las que los hombres predominan. ¿Influyeron tus padres en la elección de tu carrera?

No lo creo. En mi departamento hay tantas mujeres como hombres. Si te refieres al mundo científico en general, pues sí, hay más hombres. ¿Influyeron mis padres? Pues no, sinceramente, influyó que yo era muy vaga y las matemáticas eran la asignatura más fácil y la más divertida. Con diferencia. Es un juego, se trata de aprender unas reglas (que además son lógicas, no arbitrarias) y jugar 🙂

6. Y en la lucha por dar a las mujeres científicas visibilidad y reconocimiento, ¿qué papel crees que tiene Internet?

Bastante importante, diría yo. El medio de masas por excelencia es la televisión y a este medio no le interesan ni la Ciencia en general, ni las mujeres científicas en particular. Solo chicas guapas y bien vestidas. Internet con sus blogs y sus plataformas de divulgación científica ha puesto el nombre de muchas científicas en las pantallas de mucha gente. ¡Si hasta Google les dedica el doodle algunas veces!

7. Además de la divulgación, practicas intensamente la opinión. ¿Crees que el compromiso social debe ser inherente a la ciencia?

Por supuesto. La ciencia es, sobre todo, una labor social. Cuando haces ciencia estás opinando, gritando que es esta la forma de avanzar y que es la única herramienta de la que disponemos para mejorar nuestro futuro. Sin olvidar, por supuesto, la necesidad de las humanidades que, como su propio nombre indica, nos hace humanos. Hablando de Ciencia tienes que opinar y desenmascarar los nuevos timos, por ejemplo, sobre medicinas alternativas: homeopatía, reiki, bioneuroemoción…

8. Háblanos de ti en la cocina, ¿Quién te enseñó tus primeros trucos? ¿Cuál es el plato-bandera de tu familia?

Mi mamá, aunque no me sale tan rico como a ella. En casa somos muy de guisos y de arroces. Mi plato estrella para mis hijos son las que nosotros llamamos ‘bolitas de arroz’: arroz cocido mezclado con un poco de queso y pollo en hebras que envolvemos (haciendo saquitos) en pasta brisa y freímos. Luego lo mojamos en alguna salsa, con curry, preferiblemente. Ya, es hipercalórico pero no abusamos. Lo prometo y no tengo los dedos cruzados 🙂

9. Y cuando te metes en harina, ¿eres de ojímetro o de números exactos?

Está mal que yo lo diga, pero soy de ojímetro, de lo que admita, como dice mi madre 😉

10. Dices que para entender algo, te tiene que gustar. Pongámoslo así: ¿En qué grado entiendes tú la cocina? ¿Nivel obligación, afición, pasión?

Depende del día. Como madre que soy muchas veces es obligación. Cuando tengo tiempo libre, lo hago por afición. Y cuando estoy nerviosa por alguna cosa lo hago con compulsión porque mantiene mi mente ocupada. Puedes medir mi estrés por el número de croquetas que he liado o potajes que he puesto 🙂

11. En tu cocina, ¿qué recetas dirías que equivalen a las tablas de multiplicar?

Ya lo he dicho antes, nos gusta comer con cuchara casi todos los días: guisos de legumbres, estofados de patatas, arroces…

12. El otro día te vimos hablando sobre cocinas de inducción. ¿En qué otros rincones de la cocina se camufla la ciencia sin que nos demos cuenta?

Huy, no quiero hacer spoiler del programa, pero saldrán más aparatos propios de la cocina y a cada cual, más ingenioso. Todo en la cocina, como en la vida, está lleno de ciencia: desde el cucharón de madera hasta el microondas o el frigorífico. Y algunas son realmente fascinantes.

13. Transmites increíblemente bien una fascinación por la ciencia que se contagia. ¿Por qué esta magia no parece funcionar en los colegios?

Porque, posiblemente, a muchos profesores no les fascine tanto la ciencia y, no hay que olvidar, porque las condiciones en las que se trabaja, gracias a las políticas educativas y de recortes presupuestarios, no son las mejores. Me imagino el lío mental de un alumno al que le hablas del Big Ban y la expansión del Universo en una clase y le dan religión en la clase siguiente. O como transmitir pasión por la Ciencia en una clase con 26 alumnos si 4 de ellos están por amargarte el día.

14. Hay una estrecha relación entre matemáticas y música, y entre matemáticas y poesía. ¿Por qué persiste esta división clásica entre ciencias y letras?

Pues no lo sé porque para entender la Ciencia hay que leer muchísimo 🙂 No creo que la gente de Ciencia reniegue de las letras, yo las adoro. Adoro leer de todo y adoro escribir. Y a mis alumnos (universitarios) les penalizo tanto las faltas de ortografía como los errores conceptuales matemáticos. Fíjate, les perdono los errores de cálculo pero no que se les olvide una tilde 😉 Pero sí, mucha gente ajena a la Ciencia sí que, en algún sentido,la desprecia o ningunea, posiblemente porque no se han parado a pensar la importancia de la misma y, cómo no, lo bella que es. No hay nada más bello que leer sobre Ciencia. Creo.

15. “Se llama pizza porque es redonda” es una deliciosa asociación entre matemáticas y comida. ¿Hay alguna otra perla que tus niños hayan aportado a este singular diccionario?

Esa es mi favorita: se llama pizza porque es redonda y necesitamos el número Pi para medirla 🙂  Aunque otras perlas que me encantan son:

“El infinito lo inventasteis los matemáticos cuando os cansasteis de contar” (Ventura con 6 años)

“Los matemáticos decís que habéis creado la música pero la música son vibraciones y eso es cosa de nosotros, los físicos” (Salvador con 8 años)

Y hablando de comida, una frase con mucha guasa que me soltó mi hijo pequeño, Ventura: “Mamá, si me preparas todos los días mi comida favorita dejará de ser  mi comida favorita”.

Prometo no contársela nunca a su novia (o novio) 🙂

16. Hablar de la estructura fractal del brócoli, o hacer un bizcocho para practicar las proporciones son dos ejemplos de cómo matemáticas y cocina pueden aliarse para interesar a los niños. ¿Has usado otras con los tuyos?

Jugar a contar espirales de las piñas o pipas en un girasol también es una buena introducción a la sucesión de Fibonacci, por ejemplo 🙂

17. Conciliar las clases, el blog, las conferencias, la familia, el descanso… parece realmente complicado. ¿Cómo resuelves esa ecuación? ¿En qué fórmulas te apoyas para poder llegar a todo?

Aún no la he resuelto, ¡estoy agotada! 😉  En mi familia. Tengo una familia que me ayuda en todo: padres, hermanos, marido… Todos me quitan lo que pueden para que yo pueda seguir mi ritmo. De otra forma sería imposible, por supuesto. Lo malo de querer abarcar mucho no es que los demás piensen que aprietas poco sino que, a veces, te sientas mediocre en todo lo que haces. De momento sobrevivo y, como dice mi bio de Twitter, soy feliz 🙂

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Gracias Clara, o Mati, por enseñarnos que la cocina, como la vida, está llena de ciencia.