Quizá el nombre no sea muy conocido para muchos, pero el arroz pilaf es una de las guarniciones más utilizadas en los últimos años. Si alguna vez habéis comido en un restaurante indio, os resultará familiar el pulao arasta, una receta tradicional de la cocina india que es el origen de la preparación de la que hablamos hoy: el arroz pilaf.
En origen es un arroz especiado, pero el pilaf que cocinamos en España suele tener entre sus ingredientes aceite, cebolla, ajo, perejil y pimienta. Es un arroz seco que no debe removerse durante la cocción y se prepara con cebolla y ajo pochados. El arroz se rehoga para sellarlo, se añade caldo de ave y cuando está al dente se retira del fuego, se deja reposar unos minutos y se espolvorea con perejil fresco picado y pimienta negra.
Aunque se utiliza habitualmente como acompañante de carnes o pescados, es un entrante muy apreciado por aquellos amantes del arroz, como nosotros, que prefieren un plato sencillo sin demasiados ingredientes. También es un comodín para los que a veces andamos con prisas y no tenemos la despensa demasiado llena, sus ingredientes son tan básicos que es difícil que no los tengamos en casa. Si los tenemos ¡bingo! podemos tener un arroz pilaf listo en menos de 30 minutos.
Esta receta es la más sencilla, la base para un pilaf, pero al occidentalizarse se le han ido añadiendo otros ingredientes como legumbres, verduras, carnes o hierbas aromáticas. Como véis, admite muchas variantes y su preparación es muy parecida a la de nuestros arroces secos de siempre.
Nosotros te recomendamos utilizar Arroz SOS Clásico cuando hagas arroz pilaf, así que ya sabes, tenlo siempre en tu despensa y que no te falten el aceite, la cebolla, el ajo y un poco de perejil fresco.